A propósito del nuevo repunte de los contagios con el virus de la pandemia reportado por la SSA en la Cd de Chihuahua.
El buen funcionamiento del sistema de defensa es el elemento que determina que estemos protegidos contra muchas las enfermedades que se están propagando.
Con relación a esto, hay dos condiciones que se presentan como consecuencia de la influencia nociva de todos los contaminantes que nos rodean, desde afuera o desde adentro:
1) un sistema de defensa incompetente y/o, 2) un sistema de defensa hiperreactivo. En el primer caso, se producen todo tipo de enfermedades infecciosas, desde las mas comunes como las infecciones de las vías respiratorias, hasta las mas raras, como las producidas por microorganismos poco comunes, ya sean virus, bacterias, hongos, priones, etc. En el segundo caso, las enfermedades inflamatorias fuera de control que se caracterizan por un ataque exagerado a nuestros propios órganos, como por ejemplo enfermedades de las articulaciones, de las glándulas como la tiroides, del aparato digestivo, respiratorio, cardiovascular, hematológico, etc. Como respuesta a este riesgo de caer en los extremos, nuestro cuerpo se regula a través de múltiples mecanismos, uno de ellos y muy importante, es la función de una línea celular que se llama Célula Treg, la cual, por su influencia, modula esta respuesta, en la justa medida de lo solamente necesario, limitando su actividad hasta la resolución del estímulo que lo despertó.
¿No sería algo extraordinario estimular esta línea celular para lograr que module la función del sistema de defensa, consiguiendo que nos proteja de todos los microorganismos invasores, pero limitando su actividad para evitar una respuesta inflamatoria exagerada?
La buena noticia es que, si podemos hacerlo, sin provocar efectos indeseables y consecuencias colaterales.
Creo que el Creador en su infinita sabiduría, nos ha dejado la respuesta a todas nuestras interrogantes.